domingo, 2 de diciembre de 2007
N5. Texto
Imaginarios Urbanos. Armando Silva
Gabriel Campuzano
El día 3 de enero de 2006 se inició, en la sede de sevillana de la Universidad Internacional de Andalucía, el seminario Imaginarios Urbanos con una conferencia de Dº Armando Silva. En ella expresó los conceptos fundamentales en los que se apoya su teoría sobre la formación de estos imaginarios, extendiéndose en matices y aclaraciones muy enriquecedoras para su comprensión. Tantos y tan minuciosos, que no puede ser el objetivo de estas notas sustituir su ponencia. Se trata más bien de establecer aquí una conexión con sus trabajos y publicaciones, que se extienden sobre muy diversas ciudades, como atalaya y filtro que hacen posible otras miradas sobre la ciudad. Para ello quizás nos baste con subrayar los seis emparejamientos de opuestos en los que apoyó su descripción conceptual.
-espacio / tiempo. Ante el creciente proceso de desterritorialización de las ciudades, el foco de atención analítico de las investigaciones sobre las nuevas realidades urbanas debe desplazarse desde el lugar arquitectónico como objeto físico, hacia una noción de red y de interacción perceptiva. Por ello, el propósito de la teoría de los imaginarios urbanos no es diseñar mapas empíricos que ofrezcan una representación global y cerrada de la "ciudad real", sino crear algo más parecido a "croquis" -provisionales y variables- en los que se muestren diferentes mitologías urbanas, distintas percepciones y prácticas sociales y culturales que conviven en una misma localidad.
-ciudad / urbanismo. Asistimos a la expansión y desarrollo de un urbanismo sin ciudad. Se consolidan aglomeraciones urbanas en las que los ciudadanos habitan sin necesidad de vivir en ciudades con límites precisos y estructuras fácilmente reconocibles e identitarias. La expansión de este urbanismo sin ciudad está directamente relacionada con el avance de las tecnologías digitales y de las infraestructuras comunicativas. Un avance que nos obliga a revisar las definiciones y los conceptos urbanos, debiendo ser conscientes de que urbanizar es mucho más que llenar el mundo de ciudades.
-localidad / globalidad. La amenaza de que la globalización aplastaría las identidades locales propiciando una total homogeneización cultural, no se ha cumplido hasta el momento. Sin embargo, nadie pone en duda que cada vez hay más fenómenos culturales transnacionales con muy potentes interacciones. Complementariamente, cuando la mayor parte de las relaciones entre países distintos se producía a nivel estatal, hoy cobran cada vez más fuerza y protagonismo las alianzas estratégicas establecidas entre las propias ciudades.
-imagen analógica / imagen post-icónica. Las nuevas iconografías no operan ya con códigos de semejanza. Son, más bien, el fruto de una sofisticada abstracción matemática que guarda una similitud -no una semejanza- con el objeto que representa. La sociedad virtual (la sociedad-red) construye una ciudad invisible e intangible. Una ciudad desmaterializada y desterritorializada en la que se establecen nuevas formas de relación entre lo público y lo privado. Así, bajo, dentro y sobre el envoltorio físico que aísla las casas y bloques de edificios de las ciudades contemporáneas, hay miles de cables, antenas y dispositivos varios que conectan a sus moradores con un mundo exterior tan difuso como inabarcable. Esto genera un nuevo tipo de ciudadano que no se define por elementos identitarios físicos y que usa cada vez menos la calle como espacio público de relación.
-producción / consumo. La economía de las sociedades occidentales ha pasado de un capitalismo basado en la producción a un capitalismo basado en el consumo. En este contexto, la fabricación de productos -físicos o virtuales- se dispara apoyándose en un consumo dirigido a satisfacer pulsiones y deseos, antes que las propias necesidades básicas de los sujetos. Un proceso en el comprar significa, antes que adquirir una necesidad, satisfacer la propia pulsión de compra.
-ciudad real / ciudad imaginada. En cualquier ciudad existen realidades que ni se imaginan, pero también igualmente se encuentran imaginarios muy extendidos y difundidos que no tienen su correspondencia en la realidad. La teoría de los imaginarios urbanos contrapone la ciudad real con las ciudades imaginadas a partir de ella misma en términos psicológicos y simbólicos. De esta confrontación nace un conocimiento que ya no pueden suministrar los análisis convencionales, constatándose que actualmente "lo que llamamos realidad se encuentra más en lo imaginado que en lo real".
La teoría de los imaginarios urbanos se describe como una nueva antropología del deseo ciudadano, que no busca verdades contrastadas sino creencias compartidas. Una teoría que parte de la convicción de que la experiencia urbana contemporánea no es genérica, sino que está fraccionada. Es decir, que en la ciudad hay muchas ciudades formadas por distintos puntos de vista urbanos (la ciudad de los hombres y de las mujeres, de los homosexuales y de los heterosexuales, de los niños y de los mayores, de los ricos y de los pobres...). Por lo tanto, los imaginarios urbanos son plurales y polisémicos y exigen un abordaje teórico-práctico flexible y multidisciplinar.